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Internacional

¿Cómo cuidar de las mujeres cuidadoras?

Escrito por Diana Hernández Gómez

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Funcionarias de Bogotá y Barcelona compartieron sus políticas públicas: “ciudades para mujeres”

Ciudad de México.- Este 22 de septiembre se llevó a cabo el primer día del Foro de alcaldesas y electas latinoamericanas en el Museo de la Ciudad de México. En él, la secretaria de la Mujer de Bogotá, Diana Rodríguez Franco, y la regidora del Ayuntamiento de Barcelona, Janet Sanz Cid, compartieron sus experiencias sobre dos proyectos muy parecidos en sus regiones.

Se trata de dos tipos de “ciudades para mujeres“, lugares diseñados para reconocer pero también cuidar de quienes históricamente han vivido condiciones de opresión y subordinación.

De acuerdo con Diana Rodríguez, titular de la Secretaría de la Mujer en Bogotá, en la capital colombiana hay 1.2 millones de mujeres que realizan trabajos de cuidados no remunerados. El 70 por ciento de ellas no estudió más allá de la secundaria, el 33 por ciento no tiene tiempo para procurarse muestras de autocuidado, y aproximadamente el 20 por ciento tiene problemas de salud mental y física a causa de la sobrecarga de trabajos.

Todo esto tiene como consecuencia una falta de participación de las mujeres en la vida laboral y económica de su país, además de condiciones de vida precarizadas en diferentes niveles.

Ante este panorama, la administración de la alcaldesa Claudia López Hernández decidió poner en marcha el Sistema Distrital de Cuidados. Este proyecto ofrece diferentes servicios a las mujeres enfocados en aminorar su carga de trabajo de cuidados.

Para ello cuenta con estancias, escuelas y guarderías que puedan hacerse cargo de quienes normalmente dependen del cuidado de estas mujeres.

Además de esto, a ellas se les brinda oportunidades de educación, actividades y atención para procurar su bienestar físico y mental y capacitaciones que les ayuden a generar de ingresos. De este modo no sólo se contribuye a disminuir su carga laboral, sino que también hay una retribución por las labores de cuidado que realizan diariamente.

Por otro lado, se procura que la reducción de las tareas de cuidado sea permanente al ofrecer capacitaciones a los hombres y al resto de la familia sobre las tareas que casi siempre son llevadas a cabo por las cuidadoras del hogar.

Estos servicios se ofrecen a través de manzanas de cuidado, terrenos de cerca de 800 metros de superficie cuyos espacios son acondicionados para atender las necesidades de las mujeres cuidadoras. Además, también se aprovecha la infraestructura de los alrededores.

Por ejemplo: si cerca de estas instalaciones hay una escuela, entonces se puede extender el horario de la misma y usarla para las mujeres que desean terminar su bachillerato.

Actualmente ya hay 11 manzanas de cuidado en diferentes zonas de Bogotá, y se espera que sean 20 para el año 2023. A la par de esto, algunos de los servicios también se transportan en “buses de cuidado” y de casa en casa para todas aquellas mujeres que no pueden desplazarse a las manzanas por diferentes obstáculos.

Y en estos esfuerzos, además, también participa el sector privado contratando a mujeres que son capacitadas para obtener su primer empleo.

De acuerdo con Diana Rodríguez, este Sistema Distrital de Cuidados tiene como objetivo reconocer el papel de las cuidadoras en sus hogares, retribuir sus esfuerzos y reducir la carga de trabajo que muchas veces frena su desarrollo personal.

Si las ciudades no se ordenan alrededor de los cuidados, no vamos a tener ciudades sustentables.

Diana Rodríguez Franco

El caso de Barcelona: un urbanismo integral y feminista

Barcelona no cuenta con un proyecto único como en el caso de Bogotá. Aquí, por el contrario, son varias las políticas públicas que se han implementado para hacer de la ciudad un entorno más seguro y equitativo para las mujeres. En palabras de la regidora Janet Saenz, todas ellas constituyen una “política de transformación de una ciudad diseñada por y para los hombres”.

Una de estas iniciativas es la creación de Barcelona Cuida, un espacio digital donde las personas cuidadoras pueden encontrar información que les facilite sus labores. Entre esta información hay datos sobre servicios, redes de apoyo legal y jurídico y también redes de apoyo emocional. Además, funciona como un punto de encuentro con otras cuidadoras para la compartición de experiencias, saberes y sentires.

Según los datos ofrecidos por la regidora de Barcelona, en la ciudad hay cerca de 400 mil mujeres realizando labores de cuidado sin remuneración. De ahí que la creación de Espacio Barcelona Cuida sea un beneficio, principalmente, para ellas. Sin embargo, no es la única política diseñada a su favor.

Otra de las políticas públicas implementadas en Barcelona es la Tarjeta Cuidadora, la cual permite que quienes desempeñan labores de cuidado no remuneradas tengan acceso gratuito a servicios de farmacias y bibliotecas, entre otros. Además, permite que estas personas puedan tener apoyo psicológico y emocional las 24 horas del día.

Llevamos demasiado tiempo sin reconocer sus derechos, entonces no basta con igualarlos: tienen que tener un plus, tienen que tener un extra.

Janet Saenz Cid

A estas políticas públicas se suman otras iniciativas integrales como la Superilla, la cual consiste en rediseñar una parte de la vialidad de Barcelona para transformarla en un espacio mucho más transitable para los peatones y no para los vehículos. También está el proyecto de la Villa Vecina, una comunidad territorial diseñada de tal forma que las personas cuidadoras tengan fácil acceso a diferentes servicios, sobre todo a servicios sanitarios.

Una de las perspectivas que se busca incluir en este rediseño urbanístico es la de la interdependencia: el reconocimiento de que nadie es invencible, de que las mujeres no somos 100 por ciento autosuficientes aunque el sistema patriarcal diga lo contrario. Todos necesitamos de todos. Si las políticas públicas retoman esta idea, el resultado son proyectos que aboguen por la comunidad y la distribución equitativa de los trabajos de cuidado, tanto entre los miembros de la sociedad como con el gobierno.

Desde la perspectiva de Janet Saenz Cid, los actuales gobiernos de Barcelona y Bogotá tienen un punto en común: “Tenemos el mismo reto: conseguir que nuestras ciudades sean, por fin, un refugio para las mujeres“. Un primer avance en este terreno es contar con el liderazgo de mujeres feministas.

No obstante, la regidora señaló que para seguir avanzado también es necesario que la mirada de “las gafas violetas” atraviese otros niveles de gobierno y, así, haya presupuestos invertidos con mirada feminista en políticas que finalmente nos devuelvan nuestro lugar en la sociedad. (Cimac)