PARÍS – Una misión de investigación científica apoyada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha descubierto uno de los mayores arrecifes de coral del mundo frente a las costas de Tahití, en Polinesia Francesa, en el océano Pacífico.
El arrecife se encuentra a una profundidad de entre 30 y 65 metros, tiene aproximadamente tres kilómetros de longitud y entre 30 y 65 metros de ancho.
Eso lo convierte en uno de los arrecifes de coral sanos más extensos de los que se tiene constancia, y sus corales gigantes tienen hasta dos metros de diámetro.
El estado prístino de los corales en forma de rosa y la extensa superficie que cubren hacen que este descubrimiento sea muy valioso.
“Hasta la fecha, conocemos mejor la superficie de la Luna que las profundidades del océano. Sólo se ha cartografiado 20 % de todo el fondo marino. Este notable descubrimiento en Tahití demuestra el increíble trabajo de los científicos que, con el apoyo de la Unesco, amplían nuestros conocimientos sobre lo que hay debajo”: Audrey Azoulay.
Audrey Azoulay, directora general de la organización, comentó que “este notable descubrimiento demuestra el increíble trabajo de los científicos que, con el apoyo de la Unesco, amplían nuestros conocimientos sobre lo que hay debajo” en el mar.
“Hasta la fecha, conocemos mejor la superficie de la Luna que las profundidades del océano. Solo se ha cartografiado 20 % de todo el fondo marino”, dijo Azoulay.
El de Tahiti (isla del Pacífico sur, de 1045 kilómetros cuadrados y 180 000 habitantes) es un hallazgo inusual porque, hasta ahora, la gran mayoría de los arrecifes de coral conocidos se encuentran a una profundidad de hasta 25 metros.
Este descubrimiento sugiere que hay muchos más arrecifes de gran tamaño, a más de 30 metros de profundidad, en lo que se conoce como la “zona crepuscular” del océano, prácticamente inexplorada.
Hasta ahora, muy pocos científicos han podido localizar, investigar y estudiar los arrecifes de coral a más de 30 metros de profundidad. Sin embargo, la tecnología permite ahora realizar inmersiones más largas, el equipo pudo observar el desove del coral, y se prevé seguir la campaña en los próximos meses.
La Unesco indicó que esta expedición se enmarca en su planteamiento global de cartografiar el océano, y en este caso dirigió la atención hacia los arrecifes de coral, ecosistemas que se extienden a lo largo de los trópicos y, aunque cubren apenas 0,2 % del lecho oceánico, son hogar de más de la cuarta parte de las especies marinas.
Son una importante fuente de alimento para otros organismos, su localización ayuda a la investigación sobre la biodiversidad, pueden ser importantes para la investigación medicinal y también pueden proporcionar protección contra la erosión costera e incluso los tsunamis.
Entre 2009 y 2021 se perdieron 11 700 kilómetros cuadrados de arrecifes de coral, 14 por ciento de su total en el mundo, por excesos en el desarrollo costero, la pesca y el turismo, y por el cambio climático, pues el calentamiento de la superficie marina ocasiona su blanqueamiento y les conduce a la muerte.
La Polinesia Francesa “sufrió un importante evento de blanqueamiento en 2019”, pero el arrecife de Tahití “no parece haber sido significativamente afectado”, dijo Laetitia Hedouin, del francés Centro Nacional de Investigación Científica.
“El descubrimiento de este arrecife en una condición tan prístina es una buena noticia y puede inspirar la conservación futura. Creemos que los arrecifes más profundos pueden estar mejor protegidos del calentamiento global”, expresó Hedouin.
El hallazgo de un gran arrecife de coral en buen estado, “y como una obra de arte” según el fotógrafo Alexis Rosenfeld, se considera una alentadora noticias en tiempos en que muchos ecosistemas –por ejemplo en la Gran Barrera coralina de Australia o en el Golfo de México- están seriamente amenazados.
La resistencia del de Tahití en una región en la que otros arrecifes resultaron blanqueados puede mostrar vías para la protección de estos vitales ecosistemas.
La Unesco sostiene una Comisión Oceanográfica Internacional que reúne a 150 gobiernos y contribuye a la protección de 232 reservas de biosfera marinas y 50 sitios marinos como “Patrimonio Mundial de Valor Universal Excepcional”.
FUENTE: IPS