La China Hilaria está feliz. Estas Fiestas Patrias fueron de lo mejor para ella, pues su sobrina y ahijada preferida fue nombrada Señorita Independencia 2023: Paula Esther Pereyra Escobar.
Y lo hizo bastante bien, el carisma, la vestimenta, la preparación y la belleza de Paula cautivaron a los solidarenses. La presidenta Lili Campos estuvo a gusto y su presencia le inyectó más seguridad a la Señorita Independencia.
Tan satisfecha quedó la alcaldesa que ya comprometió a Paula a que continúe como embajadora, como representante juvenil, para que visite escuelas y aporte, con su talento, a fomentar y consolidar los valores patrios y que más jóvenes se involucren en las actividades de su ciudad.
Parece tarea fácil, pero es súper importante.
Paula será un ejemplo para muchas jóvenes como ella de que sí se pueden alcanzar las metas que se propongan, que se deben preparar, capacitarse para empoderarse y salir adelante con independencia.
Hoy la ahijada de la China debe estar agotada, pero feliz. No, no, no. Y la mamá, como pava real, con un ego que le llega hasta el techo. Si yo les contara. Doña Ale estaba más emocionada, parecía chiquita con juguete nuevo. Con decirles que no se quedó con las ganas de ponerse la corona de la hija.
Corre pa´ allá, corre pa´ aca, que tómale fotos, qué tómale vídeo, que de este ángulo, que del otro. Órdenes y más órdenes. Así estaba doña Ale, pero bueno, se entiende.
La Señorita Independencia 2023 recibió banda y corona en el homenaje a los Niños Héroes, luego acompañó a Lili Campos a la ceremonia del Grito de Independencia, estuvo con la familia Aguilar antes del concierto, luego por la mañana del 16 en el desfile conmemorativo.
Por cierto, la vestimenta de Paulita fue “chuleada”, admirada por los Aguilar, a quienes les gustó el diseño y el colorido.
Sin duda la ahijada de La China se lució. Y se atreve a decir que tiene un buen camino por delante, no desviarse por ningún motivo, seguir escuchando consejos. Hoy las mujeres tienen más oportunidades que las que tuvieron las de 1980, o 1990. Los tiempos van cambiando y deben ser aprovechados.
Y hablando de la familia, pues La China no puede pasar por alto el reconocimiento que recibió “El Rincón de Alex” con sus postres caseros que se han ganado la preferencia de las playenses en su mayoría.
“El Rincón de Alex” participó en la exhibición gastronómica en ocasión del aniversario de la creación del municipio.
Sin duda fue un éxito, tanto por la promoción que recibió, como también por participar en un evento de este nivel, en donde estuvieron los chefs “más truchas” de Playa del Carmen y Solidaridad. Sin duda un reconocimiento bien merecido.
La China Hilaria viajó a Chetumal, la capital.
Y qué creen. Se sintió totalmente decepcionada por las condiciones en que se encuentra la ciudad. El centro histórico con calles en penumbras, camellones llenos de maleza, calles con socavones, banquetas ocupadas por carros particulares o bien por vendedores ambulantes.
Un centro histórico que parece un pueblo en el abandono.
Y no se hable de la basura tirada por todos lados a falta de botes debidamente instalados. Aparte del bulevar, no hay otro atractivo para las familias. Después de las 8 de la noche no hay nada qué hacer, ni siquiera en los hoteles que no llegan ni a tres estrellas.
Bueno, ni manera de transportarse. ¡No hay taxis! Mucho menos transporte urbano.
Chetumal solo tiene de capital el nombre. En la realidad, el centro del movimiento político y económico está en el norte. Bueno, Tulum tiene mucha mas actividad que Chetumal.
La diferencia es notoria.
De Carrillo Puerto para abajo, Quintana Roo retrocede en la historia a los años 70´s. Todavía se encuentran letreros comerciales pintados en madera, los puestos de frutas a lo largo del camino tan viejos que están por caerse.
A partir de Tulum, empieza notarse la modernidad. Más luz, más actividad económica, más movimiento de personas. Se nota y se siente que hay más dinamismo. Y no hablar de Playa del Carmen y de Cancún.
Da pena y tristeza por la capital de Quintana Roo. La verdad, merece más atención.
Con decirles que la población joven ha migrado de Chetumal hacia el norte, para hacer negocios. Se quedaron sus padres, los que todavía añoran regresar a la época de bonanza chetumaleña, cuando no existía Cancún.
La capital de Quintana Roo da la impresión de ser un pueblo grande, lento, que vive tan solo de lo que deja la burocracia.
Si la capital se traslada a Cancún, desaparece Chetumal.