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COLUMNA

La China Hilaria

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Todavía no había salido el Pib y la China Hilaria ya estaba exigiendo su mucbil pollo. Exagerada como siempre, se mantuvo parada en la orilla del hoyo donde enterraron los pibes.

Ya lo había anticipado, por nada del mundo se perdería esta comida tradicional de Día de Muertos que, en la cultura maya, se llama Janal Pixan, Comida de Ánimas.

La China Hilaria forma parte de la cultura viva maya, sus ancestros siguen practicando ritos y tradiciones para preservarlos, para dejarlos como herencia a las nuevas generaciones.

Por eso tuvo también el interés por estar en las actividades de celebración organizadas por el Ayuntamiento de Solidaridad, como parte de las tareas para fomentar estas tradiciones y costumbres, lo más apegado a la realidad, considerando que en el municipio viven familias de diversas partes del país y del mundo.

En la cultura Maya, el Día de Muertos o Janal Pixan, es una festividad importante que honra y recuerda a los seres queridos fallecidos. A diferencia de otras celebraciones del Día de Muertos en México, Janal Pixan tiene sus propios rituales y tradiciones particulares.

En la cultura maya, narra la China Hilaria, se cree que los muertos regresan del más allá para visitar a sus familiares y seres queridos en esta fecha especial. Durante Janal Pixan se preparan altares decorados con ofrendas que incluyen alimentos y bebidas favoritas del difunto, así como objetos personales y fotografías. Así lo hizo la China.

Ella colocó su altar en un lugar principal de la casa. Se cree que la luz de las velas guía a los espíritus hacia el altar. Además, se colocan velas y veladoras para iluminar el camino de vuelta a casa de los difuntos.

Durante Janal Pixan, las familias mayas se reúnen para compartir la comida tradicional llamado “pib”, que consiste en un tamal grande y delicioso cocinado bajo tierra en un horno de piedra.

Este platillo se comparte en honor a los difuntos y como una forma de mantener la conexión con ellos.

Además de la comida y el altar, también se realizan rituales como el “calado de las flores”, en el que se crean figuras de papel recortado con motivos de flores y se cuelgan en las puertas y ventanas para atraer a los espíritus.

En resumen, el Día de Muertos en la cultura maya, conocido como Janal Pixan, es una celebración ancestral que honra y recuerda a los difuntos de una manera única.

En otras partes del país, el Día de Muertos se ha convertido en una tradición arraigada.

Se crean altares en los hogares donde se colocan fotografías de los difuntos, junto con objetos personales, flores, comida, velas y otras ofrendas. Estos altares se decoran con papel picado y calaveritas de azúcar, que son elementos distintivos de esta festividad.

Además de los altares en las casas, también se realizan ofrendas en los cementerios, donde las tumbas se decoran con flores, velas y coronas. Las personas acuden a visitar a sus seres queridos y pasan tiempo en el cementerio, recordándolos y compartiendo anécdotas.

Otra parte importante de esta celebración es la elaboración de “calaveras” literarias, que son versos humorísticos y satíricos dedicados a los vivos y a los muertos. Estas calaveras son una forma de recordar y homenajear a los difuntos, pero también de reflexionar sobre la vida y la importancia de vivirla plenamente.

El Día de Muertos es una festividad llena de color, alegría y significado profundo para los mexicanos. Es una oportunidad para recordar a aquellos que ya no están físicamente con nosotros, pero que siguen vivos en nuestros corazones y recuerdos.

Toda está tradición se representó en Solidaridad.

Lili Campos participó en el desfile de catrinas, en la exposición de altares, paseo de ánimas, entre diversas acciones.

La China Hilaria, dicho esto, le hincó el diente a su Pib, chachacuá, y demás viandas, alimentando su orgullo y su sólida anatomía. Provechito.