La China Hilaria

Vestida con su tremendo terno, flores en la cabeza y zapatillas para jarana llegó la China Hilaria para la fiesta del pueblo, la Feria Playa del Carmen 2023.

Hacía años que no vestía así, a la usanza regional, o sea, de mestiza. Lo que no pudimos averiguar si como auténtica o solo disfrazada. Solo las conocedoras saben cuál es el detalle de la auténtica mestiza.

Pero el tema es que llegó para la feria, toda despampanante, como se acostumbra en las fiestas anuales de los pueblos, en que la gente ahorra lo que puede y como puede para “gastar” en la fiesta.

Esta feria representa alma, vida y corazón de Playa del Carmen.

Es identidad, con sus tradiciones y costumbres. Las fiestas anuales de los pueblos de la península están dedicados a los Santos Patronos.

Esa es la razón por la que aquí esté dedicada a la Virgen del Carmen y se realiza durante toda una semana. Actualmente se divide en dos, el programa religioso y el programa popular.

En lo religioso es en donde está la esencia tradicional de las raíces, pues el Santo Patrono es “bajado” de su nicho en la iglesia donde se le venera. Es llevado o llevada en procesión por todo el pueblo para que la feligresía comparta su júbilo y le pida buenas nuevas para el año próximo.

Familias tienen la oportunidad de realizar gremios, realizar novenas, etc.

La vaquería es el baile que no puede faltar, porque está ligado a las tradiciones y costumbres. También están las corridas de toros en ruedo rústicos construidos por los pobladores, los llamados “palqueros”. En lo gastronómico no puede faltar el chocolomazo, el xix de cebo y las consabidas bebidas espirituosas.

Hoy los nuevos tiempos han cambiado este ritual. Los programas populares le van ganando terreno con un recinto ferial, juegos mecánicos, espectáculos con artistas y tantos añadidos.

Para la China Hilaria lo importante de esta fiesta popular en Playa del Carmen es el fortalecimiento de la identidad, considerando que es una ciudad cosmopolita y en grave riesgo de perderla. Aquí viven comunidades de extranjeros, de gente venida de otras partes del país, con otras culturas. Cada día son más, mientras que los nativos, los fundadores van perdiendo terreno.

Si no se fortalece la identidad playense se está poniendo en riesgo la idiosincrasia de este bello lugar que nació como campamento chilero, villa de pescadores y poco a poco paraíso de los mochileros. Hoy es un destino turístico de clase mundial.

Ojalá esta feria represente la autenticidad playense.

Mientras tanto, la China sigue luciéndose en los eventos. Primero con su “ternote” el día de la inauguración, luego con botas y sombrero en la cabalgata. Ya no se la imaginen cuando llegue los Cadetes de Linares.